lunes, 7 de enero de 2013


Perdido en mi mente

No entiendo ya de leyes ni promesas
Sólo quiero ver el cielo y sus estrellas
Quiero sentir la lluvia que cae
Antes de que la tormenta acabe

¿Qué es ese gesto?
¿Qué día es hoy?
¿Qué dice aquello?
Que la tormenta ya acabó

¿Quién es aquella que grita mi nombre?
Una extraña voz en mi entorno
Los gritos del mutismo que se esconde
La viuda fantasma que busca su novio

No conozco esta senda
Pues el cielo estrellado no está
No entiendo aquellas palabras
Que esas voces suelen pronunciar

El laberinto mas grande es la mente
Y en él, perdido estoy
Ahogado en mi propia demencia
Y en mi propio pudor

Lo extraño de este oscuro recinto
Es la ausencia de mi luna
Pues aunque es oscuro y sombrío
No veo a  aquella brillante musa

No resisto más en esta prisión
En esta celda lluviosa
Pues no siento ya ninguna emoción
Sólo soy un recuerdo sin memoria
Un verso sin rima ni sabor

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